Y las calles están llenas de gente. La veo desde mi ventana. De un lado a otro. Viviendo, porque el futuro es una mentira que nos han contado. Igual que lo de Penélope esperando en un andén con su bolso de piel marrón, sus zapatos de tacón y su vestido de domingo. Todo es mentira, esa es la verdad. Lo único que tenemos es presente. Por todas partes. Y hoy me apetece comérmelo.
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