No sé si subo o bajo. ¿Sabías que eras mi favorito?, pienso en voz alta y dejándome llevar por el whiskito doble que me ha servido ese camarero corto de entendederas que trabaja en el bar de la esquina triste. O venga ya... ¿de cuántos?, me preguntas irónico y concluyo que la cuestión correcta no es esa, sino ¿desde cuando? Si lo hubieras preguntado, te hubiera respondido: Desde siempre. Pero no lo hiciste...
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