Cuando
los que hacen cosas malas son buenos y al revés. Cuando los buenos solo pueden
hacer cosas malas porque los malos no les dejan otra opción. Y es que las cosas
casi nunca son blancas o negras, vivimos en un mar de tonalidades, uno que nos
ahoga… Por las mañanas hacemos el bien, pero a media tarde nos cansamos o nos
cansan y cruzamos el paso de peatón en rojo. Y así nos va, sintiendo que no
estaría mal eso de robar un banco, manipular a la policía o secuestrar a un
centenar de personas… Y esa opresión en el pecho, la de no poder llegar a final
de mes, por mucho que te esfuerces en hacerlo todo bien, no nos deja respirar. Las
noches en blanco pensando en esa nevera vacía, sabiendo que no saldremos de
pobres…
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