lunes, 28 de enero de 2008

Lilas


Revuelto y espeso. Así me siento desde hace unos días. Espero que todo esto pase pronto. Cuanto antes. Parece que nada fluye. Todo avanza a trompicones. Y así es difícil volver a la calma.
Al final hubo una nueva conversación. Eres extraño, le dije. ¿Sí, por qué? Sí, mucho. Ya te llamo la semana que viene; una de nuestras llamadas interruptus... Bueno, ¿mejor eso que el silencio? Tú sabes, pero ya te lo explicaré un día.
Nada fue diferente a diálogos anteriores, pero el aire era distinto. Esta vez le creí y una sonrisa plácida se me dibujó en la cara. Hoy sé que este camino sólo tiene una dirección, su voz.

Pdt. Ayer se fue alguien que paseó por mi infancia con lilas frescas para siempre.

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