Pisé las tablas del teatro. En su estreno. Bajo los focos. El Teatro Leal se puso de largo este viernes en La Laguna y yo estaba allí. Era una oportunidad única. Coqueto y nuevo a pesar de tener tantos años. Sobre el escenario me sumergí en otro mundo. No pude evitarlo. Los políticos de turno disertaban sobre el esfuerzo y la satisfacción. Yo en cambio hablaba de hombres. Uno de mis temas favoritos. Lo hacía una destacada jefa de prensa de las Islas, LadyQueen. Ambos nos quejábamos de la escasez que asola Canarias. Hay pocos y están todos casados, me apuntó. Además son poco interesantes, insistía y también me dijo que el futuro estaba en emigrar. Lisboa propuso y yo contraataqué con Burdeos. Ella cambió de tercio y me iluminó un poco: ‘El Sur. Mira que me he pateado ese sur y es donde los tíos están más buenos. Hace poco fui a una fiesta y se me caía la baba’, relató. En mi tono habitual le señalé que la Calle Castillo daba pena. Me dio la razón, como no podía ser de otro modo, y le supliqué que organizara una cumbre por esas tierras para buscar el ansiado Dorado. Y proseguimos mientras de fondo Oramas, Melchior y Luis Brito discurseaban a su bola. ‘A mí lo que me van son los castigadores’, me estampó LadyQueen, momento que un consejero del Cabildo y el subdelegado aprovecharon para mirarnos con cara de tajante desaprobación, pero seguimos a lo nuestro, lejos de amilanarnos. Sólo salvamos a un redactor de televisión entre el respetable que en ese momento estaba en el remozado Teatro Leal. ‘La cosa está muy malita’. “¡Y tanto!”, repliqué. El acto concluyó pronto. Me quedé un rato más encima de las tablas. Ojeé la tramoya y me fui.
Pdt. ¿Qué pensará de todo esto el ratoncito Pérez? ¡Quién me iba a decir a mí que yo hablaría de ellos con LadyQueen!
http://es.youtube.com/watch?v=cBMS4iaaPRY
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