Por un minuto sólo, me pareció que yo no estaba acá, …ni acá, ni afuera… Me pareció que yo no estaba… que estabas vos solo. O que yo no era yo. Que ahora yo… eras vos… Me sumerjo entre las líneas de ‘El beso de la mujer araña’. En todo ese mundo, de tristezas y penas, que hace que alguien teja una tela tal que logre enredar tanto a otra persona que ya nada más importe. Sólo el amor. ¿Cómo se hará eso? ¡Quién sabe! Los lunes son tontos, el arte pop volátil y las camas chirrían cuando respiras. Me toca estar solo. Sin grandes amores que contar, ni penas que masticar. En paz. Y sin ganas de más clavos que arden. Cansado, un poco sí. Sabiendo además que al destino le ha dado por jugar conmigo. A veces sin piedad. Haciéndome retorcer de dolor y tal vez por eso me apetece estar de espaldas para que no veas cómo lloro. ¿Qué quiero?, me repito en silencio y no hay respuesta. Nada. Absolutamente nada. Tomó té de vez en cuando en la misma cafetería que tú, pero no coincidimos. No estoy entre la troupe que te persigue. Pero sé que estás. Después despierto intentando llamar tu atención, cualquier excusa me vale… Y no te das por aludido… Vuelvo a las letras de Manuel Puig y lucho porque pronto aparezcan las alegrías. Que los sueños se me hagan verdad y que las nubes de azúcar no dejen de brillar. No me importaría que aparecieses y apostases todo a una carta, yo. Ojalá des ese paso que logre llevarme de aquí y al mismo tiempo me aleje de quienes piensan que yo sólo sirvo para las medias y no las enteras. Si las nubes de azúcar siguen brillando quizá mañana también a mí me parezca que ahora yo soy vos.
http://www.youtube.com/watch?v=bDYLK7b1C9k
Pdt. Cuando necesito respirar, escribo. Para hoy, Ricky Martin y Natalia Jiménez y su 'Lo Mejor de mi vida eres tú'.
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