viernes, 23 de noviembre de 2012
La venda de los ojos
Al amanecer, Maribel permanecía en silencio. Estaba sentada en su
sillón verde limón, frente a la ventana. Parecía que el sol ya había salido,
pero no estaba segura. Sentía su calor, en la palma de sus manos y en la poca
piel que le quedaba al aire. Poco a poco se fue zafando de aquella venda que le
tapaba los ojos. No sin miedo. Sabía que lo que podía venir después, tal vez no
le gustaba. Los dedos le temblaban, pero aún así fue soltando el lazo, pero
justo antes de terminar su empresa se detuvo y tuvo esperanza…
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3 comentarios:
La esperanza es lo último que se pierde. Muy bonito.
www.sobrevolandoloscuarenta.blogspot.com
Inesperado. Me encanta. ;)
Saludos Ce, Un abrazo :D
Cuánta razón tienes Lola... Siempre hay que aferrarse a la esperanza. Muchas gracias por tus palabras y también a ti Naii por estar aquí siempre. un abrazo
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