martes, 25 de junio de 2013
Colgado de un árbol
Un jueves de enero
se quedó colgado de un árbol. Iba caminando por un sendero y tras parar unos
segundos para descansar escuchó una voz que le alarmó. Se irguió y comenzó a
buscar el origen. Todo ocurrió en un instante, sin saber muy bien todo
desapareció bajo sus pies, todo aquello que había conocido hasta entonces. Se vio
colgado de un árbol y sin nada guardado en la mochila. ¿Adónde ir ahora? ¿Qué
hacer? Sentía como avanzaban los días, pero no podía disfrutar del sol porque
las ramas de su árbol no le dejaban. Las noches eran cortas, no podía plegar
ojo. Algún ruido perturbaba sus mañanas, pero la mayor parte del tiempo no
había nada, ningún sitio al que ir o donde terminar.
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