Un día
Fede dejó de hacer fotografías. Hubo un momento en el que decidió que ya no le
apetecía más. Desde ese instante supo que algo no iba del todo bien. No sabía
el qué, pero algo había. Tal vez se preocupaba demasiado, pero era una
sensación que le recorría el cuerpo. Antes las hacía constantemente, a todas
horas, pero ya no... Había dejado de tener interés por conservar recuerdos en
su maltrecha memoria.
3 comentarios:
hace tiempo que no tomo mi cámara
ni me doy tiempo para dar una vuelta y dejarme atrapar por algún instante precioso.
Definitivamente, algo anda mal.
Tu post me hizo pensar muchas cosas..
gracias!
Espero que hayas 'cazado' algún instante interesante y recordable. Siempre está bien retener momentos en nuestra memoria. Un abrazo ;)
Me gusta especialmente esta entrada: yo hago miles de fotos, y aunque casi nunca lo confiese, lo hago porque me aterra olvidar y así intento tener la mayor cantidad de recuerdos posibles. Espero no llegar nunca a esa situación que describes, o al menos lo más tarde posible.
Gracias por escribirlo!
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