Y se inventaron una
confabulación de la nada. Todos se pusieron de acuerdo y comenzaron a tejer una
tela de araña que no se sostenía, pero enredaba. Una auténtica torre de Babel
de barro, débil, enclenque y construida sobre una base de mentiras. Los otros
sabían que sólo eran medias verdades, hipótesis irreales e, incluso, que alguna
teoría apocalíptica sin fundamento, pero entre todos, entre los unos y los otros,
siguieron hacia adelante sin importarles la verdad, la certeza, el amor. Todos mintieron
porque les convenía, ya se arrepentirían después si terciaba. Y si no, pues
viento fresco. No les importó a quién dejaban por el camino, a los de siempre, los débiles. Sólo eran daños colaterales. Su fin, su verdad era lo único que
les importaba aunque fuese sólo una mentira.
2 comentarios:
Me encantó :D
Muy bueno.
Muchas gracias, Laura
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