A veces me levanto como un zombi, como si ya no estuviera vivo. De pronto
suena el despertador y rápido salto de la cama. Un poco mareado llego al baño
y, después, desayuno sin saber muy bien qué diablos estoy comiendo… A veces me
levanto como un zombi, como si ya no me importara estar vivo… Abro la ventana y
el triste sol de invierno no calienta nada. No se ve nada al otro lado y creo
desfallecer. Sin preguntas, ni respuestas. A veces me comporto como un zombi,
como si ya hubiera vivido lo que me tocaba y no me quedara nada.
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