El día vuelve a estar nublado, pero yo estoy más tranquilo. Quizá sea el
paso del tiempo, que todo lo sana. No sé, debe ser que el ánimo es harto
caprichoso. Mientras unos días es todo negro, otros la luz ilumina la lejanía. Quizá
siempre sea gris, pero la tonalidad depende de la música que suene. De la que
se escucha cuando no se oye nada y es que no ha pasado nada y eso, a estas
alturas, es más que suficiente. Tras las tormentas, la calma se impone. Siempre
gana, aunque haya batallas interminables. Toca rendirse, izar la bandera blanca
y vivir. Hoy será un buen día, lo sé...
You better move on, de Arthur Alexander.
Pdt. Se nota que hoy es fiesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario