Sin nada
Hay momentos de vacío. Sí, cuando de repente te quedas
sin aquello que ocupó tus pensamientos día y noche. De repente te despiertas en
la noche y no tienes qué hacer, ni qué soñar… Y ese vacío casi que te come y te
quedas quieto, como cuando tenías miedo porque llegaba la tormenta. Y el
estómago lo ocupa todo, el estómago sin nada, ahuecado…
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