Una lágrima asomó, pero no tuvo la valentía de volar, ni tampoco de deslizarse por mi mejilla triste. Todo rueda, pero tú no estás aquí para verlo. Un mundo perfecto y un número de teléfono. Sólo eso. Y el vacío. La montaña frente a mí es elevada, demasiado. Me rebelo contra mi destino. No lo quiero. Deseo otro, uno distinto. Ahora, feliz sin serlo. Se oye de fondo como el camión de la basura se lleva todo cuanto hay. Y ya no tengo más ganas de nada. Después unos versos y una canción...
No digas que lo nuestro no es verdad
que duele
que sabes que pa mi no hay más verdades que quererte
sabes que no hay mas
pa mi no hay nada mas que nuestro despertar,
déjame verte
que duele
que sabes que pa mi no hay más verdades que quererte
sabes que no hay mas
pa mi no hay nada mas que nuestro despertar,
déjame verte
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