El vaso convertido en mil astillas le despertó. Lo había lanzado de un manotazo mientras dormía. Lo tenía lleno de agua encima de la mesilla justo al lado del despertador por si le daba sed en mitad de la noche. Se despertó sobresaltado y con el corazón a todo correr. Era una mujer. En su sueño sólo aparecía una mujer que volaba. Primero sobre los viñedos y luego sobre el malpaís. Nunca la había visto antes. Era morena y con los ojos oscuros. Tenía la tez blanca. Miró el reloj y contó las horas para regresar. Hacía cuatro años que le habían mandado a la residencia Los Girasoles y que no sabía nada de los suyos. Las malas compañías habían sido la última razón para el exilio. Los primeros días en la casona dónde nunca se veía el sol no habían sido sencillos, pero después todo comenzó a colocarse en su sitio y la sopa de pollo no estaba tan mal. Había aprovechado el tiempo y posiblemente los golpes recibidos lo habían terminado por enderezar. Ahora tocaba coger el macuto y volver al principio. A Los Valles, un lugar donde el viento azotaba las viñas enraizadas entre las lavas y las higueras, a pleno rendimiento, estaban siempre cargadas de fruta. Llegó pasadas las tres. Nadie lo esperaba en la marquesina que hacía de parada de guaguas. El sol rajaba las piedras y al tiempo que la tartana trasponía el se encaminó hacia la casa. Ni un alma en la plaza, ni en el bar de la esquina. No había cambiado nada. Todo estaba igual que el día que se marchó. Subiendo por la cuesta se encontró a Blas cargado de vinagreras para las cabras; le saludó y mientras hablaban vio como ella pasaba en un coche. El corazón le dio un vuelco. Era ella, la de sus sueños. Supo que sería la mujer de su vida… Y, aunque no fue fácil, lo siguió siendo cincuenta años después.http://www.youtube.com/watch?v=54F2TDkY3Lk
Pdt. Llega Excéntrico Milú y 'Sólo pienso en ti'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario