¿Quién eres? A veces en mitad de la noche me despierto con esa duda. Hecho
la vista atrás y me pregunto si todo aquello, lo vivido, fue una mentira
inventada por mis malditas ganas de que me quisieras o si por el contrario
existió. ¿Me imaginé tus caricias, tus miradas, tu manera de ver el mundo?
Quizá sea porque el frior de mis sábanas me aturde demasiado. Hay días en que
no puedo resistirlo y siento en mi piel que me vuelves a querer, que no te has
ido y que aparecerás de un momento a otro para decirme que la jornada ha sido
complicada pero que ahora estará todo bien, porque estás a mi lado. Pero al
abrir los ojos todo se desvanece, igual que el humo, y ya no me quedan fuerzas
para seguir anhelándote, amándote en silencio. Vuelve, por favor, vuelve junto
a mí...
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