Hay días en los que, aunque no
estaba previsto, se nubla. Las nubes comienzan a cubrirlo todo de repente, como
si de una emboscada se tratase. El sol un poco ultrajado cede y se mantiene en
un extraño e inquietante segundo plano. Las voces de la calle comienzan a
silenciarse y los coches desaparecen por arte de magia. Algunas tiendas
cierran, igual que lo hacen al paso de las procesiones de Semana Santa. Cuestión
de fe, piensan. Y lo que no estaba escrito, sucede. Así es la vida, llena de
imprevistos...
1 comentario:
Hooola Ce!!! Hermosa entrada, sin dudas que la vida está llena de imprevistos, unos agradables, otros no tanto y la fe se manifiesta en ambos!!!
Abrazos
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