Siempre hay uno de los dos
auriculares que termina fallando; siempre hay un cartón de leche en el que no
va el abre fácil o el telefonillo termina distorsionando las llamadas del
primero A con las del segundo C. La vida está llena de pequeñas imperfecciones
que la hacen vivible. De lo contrario sería casi imposible respirar, sabiendo
que nada debería estropearse. Sería éste un peso difícil de soportar. Siempre mirando
por la mirilla siendo consciente de que ahí fuera hay algo mejor, con garantía
y que no te va a dejar en la estacada. En las imperfecciones está el encanto,
en saber que nada es perfecto por mucho que nos guste soñar con mundos nuevos y
por extensión mejores. Si al final va a ser que la vida también es humana o,
por lo menos, lo parece…
Humo, de Jarabe de Palo
Pd. No sé qué día es hoy, pero aquí está acompañándome...
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