La esperanza siempre va de
verde y es bueno que, loca como es, vuelva a querer comprarse minifaldas de
vuelo corto. De esas, que lo insinúan casi todo. Es como si hubiese vuelto a
salir el sol, igual que hace tras las tormentas. Ese verde intenso, el suyo, lo
va copando absolutamente todo. Sus alegrías, sus ganas, sus risas. Va de verde
y solo nos queda rendirnos a sentirnos bien. El cansancio va cediendo terreno y
las lunas siempre se llenan, nunca menguan. Toca lo bueno…
El peor grupo del mundo, de Sidonie.
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