Allí
estaba él, luchando constantemente por estar, por hacerse notar. Desde primera
hora de la mañana vivía pegado a su teléfono móvil sacándose fotos sin parar.
Quería colgarlas todas en sus redes sociales, pero sabía que tenía que
dosificar. Muchos a su alrededor pensaban que si empleara el mismo tiempo a
trabajar que a ingeniar fotos ocurrentes el planeta sería un mundo mejor. Otra
de sus debilidades era hablar, hablar mal, claro. Le daba por ahí y no podía
parar. Lo hacía inconscientemente, sin darse cuenta. A los segundos lo olvidaba
todo, pero su tinta de calamar ya había calado lo suficiente para no salir de
un solo lavado. Iba como un San Luis, impecable. Ese era su vicio, los zapatos
de charol. Y lo más triste es que era todo postureo, se le había olvidado vivir
de verdad. No podía disfrutar si tenía que estar todo el rato pensando en la
foto. En esa maldita foto y luego en los likes y en quiénes no le habían dado
al me gusta. De los retuist ya ni hablábamos… Y así se le iba la vida...
Nothing else, de Angus & Julia Stone
Pd. Felices vacaciones, que te vaya bonito...
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