Y triunfó la paz, la armonía, las cosas bonitas… Eso
es. Parecía que no, pero al final siempre lo bueno se impone. Es como en las
películas. Y me vienen a la memoria los mejores días, pero eso será otro día. Quizá
pronto. ¿Quién sabe? Hoy toca lo que toca, que no es otra cosa sino disfrutar
del frío sol de invierno, de las sobras de anoche y de los programas repetidos
de la tele…
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