viernes, 26 de julio de 2019

Canarias, cambio de régimen

Eran respetables. Sí, lo eran. O al menos eso decían de sí mismos. Tenían las ideas claras y sus principios eran los del orden establecido. Defendían las tradiciones, que las cosas continuasen tal y como estaban. Les había ido bastante bien así, siempre a la sombra que más refresca. Cerrando los ojos y poniendo la mano, siempre poniendo la mano. Pero en la vida no hay nada eterno y de buenas a primeras todo cambió. Los que estaban al mando se fueron y vinieron otros. Esos descastados y, por qué no decirlo, un poco usurpadores, decían. No tienen derecho. Así zanjaban todas sus conversaciones sobre los nuevos. Pero con el pasar de los días caes en que nada es para siempre. Y al nuevo comandante le tocó pasar revista. Todos los respetables se alinearon, lejos de mantener las formas hicieron lo que les tocaba, defender sus ideas. Y vaya que lo hicieron: Le dieron la mejor bienvenida, lo adularon hasta la extenuación y estuvieron revoloteando a su alrededor hasta que se fue. A su marcha, la chacha tuvo que pasar la fregona por las babas. Esa espuma blancuzca si no se limpia al momento se reseca y luego queda marca… ¡Aquí paz y en el cielo gloria!

La fuerza del destino, de Love of Lesbian e Iván Ferreiro.

Pdt. Así veo yo el cambio de régimen...

lunes, 22 de julio de 2019

El ministro

El ministro llegó tarde, como unos cuarenta minutos después de lo anunciado. Lo esperaba una pequeña multitud. Queríamos saber lo que nos tenía que decir sobre nuestra vida. Acompañado de un joven apuesto que lo guiaba entre los recovecos del camino y dos guardianes con cara de malas pulgas, llegó sonriente, amable y comenzó a responder cuestiones básicas. Pero al rato, el ministro fue ministro y su gesto se incomodó. No estaba dispuesto a más, a que cruzásemos el río de los masajes para llegar a otros territorios más incómodos. ¿Usted es periodista? ¿Sabe usted más que yo? Yo sí sé lo que usted sabe… Ay, el ministro… 

Agua, de Manolo García y Elefantes.

sábado, 20 de julio de 2019

¡Despierta!

La vida y sus golpes. Qué hubiera pasado si todo hubiese sido distinto; eso ya no lo sabremos nunca. Y nos tuvimos que acostumbrar a que la vida no iba a ser como habíamos soñado. Aceptarlo. Y tanto que no lo fue. Y ahora rezo algunas mañanas para que todo te salga bien, para que estés bien y que todo vuelva a ser como es. Tú en tu pequeño mundo de éxitos aparentes y yo, lejos, respirando y viviendo, que no es poco. ¡Vuelve, despierta!

Disparos, de Dani Fernández.

Pd. Éste es uno de las entradas que menos me ha costado escribir, aunque su origen haya sido fruto de un mazazo tan brutal como inesperado.

viernes, 12 de julio de 2019

El polvo de las mañanas

El paso del tiempo a veces es injusto. Solo deja en el recuerdo pequeñas aristas, que tal vez no fueron las importantes. Pero ahí están, siguen como si nada, pudiendo con todo lo demás. Y al mismo tiempo el paso de los días se olvida tantas palabras, tantos dolores, de la vida… Nos empeñamos en retener tantas cosas, esas que poco importan ya, con esas fotos que nunca volvemos a ver o con las palabras escritas en las agendas que solo sirven para cobijar al polvo de las mañanas. Echamos la vida atrás intentando buscar un resquicio de felicidad, sin ser del todo conscientes que de eso ya se encarga nuestra mente, incapaz de no amansar nuestras pesadillas. A todo le da ese barniz de normalidad, de serenidad. Y aunque todo esto sea así, seguimos empeñados en atrapar lo bueno y también lo malo porque al final olvidar es lo único que nos mata…

Con altura, de Rosalía, El Guincho y J Balvín.

lunes, 8 de julio de 2019

Las pequeñas cosas que nos hacen insoportable la vida

Y allí estaba ella, sola, pastando. Como si nada le importara, como si la vida no fuera con ella. Y la envidió. Quiso ser como ella, no tener que ocuparse de nada, solo de que pasen los días. De vez en cuando se espantaba las moscas con el rabo y mugía. Solo eso. Ella en cambio no podía con su día a día, con su jefe, con su pareja, con las pequeñas cosas que nos hacen insoportable la vida. Y fue ahí, justo cuando cayó en eso y se dejó de ir. Comenzó a llorar y ya no paró más, nunca más.

Mujer contra mujer, de Elefantes.

Pd. Esta versión va que ni que pintada para este lunes...

jueves, 4 de julio de 2019

De niña bonita a cíborg

La niña bonita se alimentaba de hombres. Era alta, tanto que en alguna noche de marcha le habían preguntado si en realidad era un maromo. Risas fue lo único que les dijo. Le gustaba el taconazo, aunque lo que realmente la encandilaba eran las gafas de sol. Las llevaba siempre a juego con sus braguitas, pero eso solo unos cuantos afortunados lo sabían. Su tema favorito era hablar de sí misma. Y en éstas estaba cuando un se puso tetas. Quería aumentar solo un par de tallas y a su especialista la idea le cuadró sobre todo porque se las iba a pagar a tocateja. De paso le recomendó ponerse pestañas, moldearse los pómulos y también iniciar sus trabajos en caderas, barriga y culete. En fin, que en poco tiempo pasó de niña bonita a cíborg. Los tíos flipaban con ella y ella seguía respondiéndoles a todos y a todo con risas…

Querer mejor, de Juanes y Alessia Cara.

Pd. Cuatro de julio y sumando...