La vida y sus golpes. Qué hubiera pasado si todo
hubiese sido distinto; eso ya no lo sabremos nunca. Y nos tuvimos que
acostumbrar a que la vida no iba a ser como habíamos soñado. Aceptarlo. Y tanto
que no lo fue. Y ahora rezo algunas mañanas para que todo te salga bien, para
que estés bien y que todo vuelva a ser como es. Tú en tu pequeño mundo de
éxitos aparentes y yo, lejos, respirando y viviendo, que no es poco. ¡Vuelve,
despierta!
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