¡Despierta!
La vida y sus golpes. Qué hubiera pasado si todo
hubiese sido distinto; eso ya no lo sabremos nunca. Y nos tuvimos que
acostumbrar a que la vida no iba a ser como habíamos soñado. Aceptarlo. Y tanto
que no lo fue. Y ahora rezo algunas mañanas para que todo te salga bien, para
que estés bien y que todo vuelva a ser como es. Tú en tu pequeño mundo de
éxitos aparentes y yo, lejos, respirando y viviendo, que no es poco. ¡Vuelve,
despierta!
Pd. Éste es uno de las entradas que menos me ha costado escribir, aunque su origen haya sido fruto de un mazazo tan brutal como inesperado.
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