Diógenes
Guardaba demasiadas cosas, tantas que no sabía ni que
las tenía en su poder ni dónde las amontonaba. No solo malos recuerdos. Lo
conservaba todo, jamás tiraba nada. A veces ideaba sistemas geniales para
archivarlas. En teoría, utilizándolos podría hallarlas en un instante, pero
eran tantos los tesoros que se le olvidaba buscarlos. No se busca algo que no
se sabe que existe, igual que las noticias que no se cuentan. No era síndrome
de Diógenes, era simplemente que no le gustaba tirar nada. Quien guarda siempre
tiene, se decía cada mañana y también a la hora de la cena. Es mucho mejor
rebuscar en la despensa que ir a un supermercado a medianoche a por unas velas
o por un tupper al chino del polígono. Y sabía, por el paso de los años, que el
que busca siempre encuentra…
Pd. Hace unos días oficialmente, por la hora, es invierno, aunque el frío esté aún por llegar...
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