La noche

La noche acaba con los primeros rayos del sol. Igual que El Día finaliza con la salida de la Luna. Todo llega a su fin y aquel Día –el primero- en el que todo era ilusión y buenas intensiones se desinfló en una noche eterna plagada de desencantos y lágrimas sueltas. También de estrellas y momentos memorables, pero terminó. Y te haces a la pena como cuando agotas tus treinta días de asueto. El final del verano llegó y tú partirás... La canción retumba en tus oídos con las imágenes de fondo de Pancho gritando que Chanquete ha muerto, pero también las de Tito y Piraña haciendo de las suyas o de Desi y Bea montadas en una bici rosa por carreteras secundarias. Has buscado una explicación al porqué de las cosas y te han dicho que no tienes por qué seguir en ese empeño, que el final aparece y no pasa nada, que no te vas a morir ni nada por el estilo porque algo se termine. Y la certeza no te cuadra del todo en tus esquemas, pero la acatas. Mañana los primeros rayos de sol iluminarán la vuelta al trabajo, las llamadas de teléfono, las palabras en negro sobre blanco, la vida... Todo volverá a rodar como lo hacía hace un mes, pero con otro tono. Las mismas palabras leídas que te enamoraron fueron las que te dictaron la sentencia de muerte. Ahora sabes en qué instante decidiste despertar, aunque en realidad te hayan despertado a ti, de golpe y a la fuerza. Sin anestesia. Si no lo hacías tú todo sería mucho peor, quieres pensar, y guardas silencio porque en el fondo se te queda en el alma un poso de que todo pudo ser diferente y que El Día debió prolongarse al menos unas horas más o que la noche llegó demasiado pronto. Eso piensas, pero ahora da igual porque el alba ya está aquí y tocan otras historias.

Pdt. La mujer que yo quiero, no necesita; bañarse cada noche en agua bendita. Tiene muchos defectos, dice mi madre, y demasiados huesos, dice mi padre...

http://es.youtube.com/watch?v=oeCvAcaz714