Concluyo que no me gustan los domingos cuando vuelvo. El cielo suele ser gris triste y los rayos del sol no siempre juegan a cosas divertidas. Los últimos días he estado en Fuencaliente, junto a gente de la cultura, que no revuelto. Unos me dicen que la cita ha sido fructífera y otros que suena a ‘añeja’. Nada nuevo bajo el sol. Y, una vez más, no sé qué pensar al respecto. Supongo que tras tres días que mi principal conclusión haya sido que los domingos no me gustan, cuando vuelvo, no dice mucho de mí. Podría hablar de que el hotel estaba en mitad de la nada, como una especie de metáfora de la cultura de estas islas, alejadas y singulares; o que cuando Fabiola Socas canta ‘Piensa en mí’ me derrito y me pongo un poco triste. También te contaría que he aprendido muchas cosas, incluso, que he llegado a hablar con un teólogo que me explicó el origen de esa extraña costumbre de algunos hoteles de dejar una biblia en las mesillas de noche. Hubo momentos memorables, miradas increíbles y deseos vanos. Música y teclas, también palabras raras sobre arquitectura imposible. He descubierto además que da igual el lado de la cama por el que me acueste, al final, siempre amanezco por el lado de la derecha, que da la casualidad que en esta ocasión estaba mirando al mar, gris plata. El viento azotó algunas horas, me enteré de algunos chismes complicados y olvidé. ¡Qué más puedo pedir!
http://es.youtube.com/watch?v=iZOMmzuj2JU
Pdt. De estos días me guardo muchos pensamientos... Unos buenos y otros no, pero todos envueltos con esa melancolía típica y perpetua de quienes un día partimos del corazón verde del archipiélago...
2 comentarios:
cómo se ve el lado de la cama? desde fuera o desde dentro? porque no es lo mismo, ce, todo lo que suene a recto y perfecto me da náuseas, como la derecha, no sé por qué; debería ser zurda...
buena pregunta... estos días me he despertado por el lado de la cama derecho, mirándolo desde dentro... Pude hacerlo en el centro, por el izquierdo o por los pies de la cama, pero no, lo hice por el derecho... Me salva que era el que estaba cerca del ventanal y que este daba al mar... Ese que hace soñar, también a los zurdos...
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