Desde el hombro hasta el codo
Alguien hoy me ha acariciado el brazo. Justo la parte que va desde el hombro hasta el codo. La llamaría por su nombre, pero es que no sé cómo se llama esa parte de mi cuerpo. Suave. Fue una sensación extraña. La falta de costumbre, supongo. Pero me gustó. Estoy en una de esas fases de puertas abiertas. Dejo pasar a cualquiera. Débil, lo sé, pero se me pasará.
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