Cuestión de dedos. Extraños, divertidos y juguetones. También de miradas. Traviesas y limpias. Mirando el reloj con un poco de hartazgo. Los segundos avanzan sin destino claro. El sol calienta mi piel. La nueva, que no me ha salido nada barata, por cierto. Ojeo el horizonte y me tropiezo con los azulejos de enfrente. Los acaricio como si fuese la primera vez que los veo, aunque siempre hayan estado ahí. Toqueteo sus ranuras y el tintineo de unas llaves me aleja de ellos. La televisión se escucha a lo lejos, igual que el jaleo de la calle. ¿Dónde está la música? En tus bolsillos, no. Tampoco en los míos. No tengo. Estoy desnudo. Contemplando mis nuevos lunares. Y mi barriga. Sobre el asfalto seco, tras una noche sin rocío, ni sereno. Me divierten mis nuevos calcetines porque sé que cuando me enamoro pierdo las bragas...
http://www.youtube.com/watch?v=mW8osFhSa7I&feature=related
Pdt. La Naranjo estuvo anoche en Las Palmas. Acerté, una vez más, y después -tras un día complicado- me dormí con una sonrisa...
4 comentarios:
Jejeje
Yo siempre pierdo mucho más, mucho más que las bragas... hasta mis ojos los pierdo.
Un saludo
pues eso a veces puede ser un problema jejeje
por una vez, y sin que sirva de precedente, suscribo tu enlace musical... qué fuerza tiene esa mujer! la ambiciono para mí!
jejeje una vez tenía que ser la primera... un abraz wap!
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