No fue fácil marchar de Marruecos. Tras unas cuantas horas recorriendo carreteras malditas y repletas de gente, entre frenazos e insultos, los controles de seguridad se convierten en un calvario en el aeropuerto. Ni siquiera respiro tranquilo en la guagua vacía que nos lleva al minúsculo avión que nos sacará del país. La duda y el temor a que pase algo en el último instante que lo trunque todo es una constante en territorio alauí. “Bonito sitio”, me dice tras guiñarme un ojo un policía al leer el lugar de nacimiento que aparece en mi pasaporte y sé que ya estoy en mi territorio. El agente puso así punto y final a mi aventura marroquí y yo con la misma me dirigí a otra puerta de embarque. Una que me devuelve al sitio de donde partí y dónde nada ha cambiado a mi regreso, ni siquiera yo. Al mismo calor pegajoso, al teléfono que no suena, a la vida de otros y a las noticias buenas y malas. Y a pesar de todo me sé como expuesto a que pase cualquier cosa a partir de ahora, como un cordero en una tienda de carretera marroquí que espera al aire...
http://www.youtube.com/watch?v=E2tMV96xULk
Pdt. Lo que está por acontecer pasará Inshalá... Tal vez una depre post vacacional... Espero que el 'Iknow you want me' de Pitbull me ayude a superar este regreso...
3 comentarios:
Joooder, qué tenga que ser yoy el que te tenga que dar ánimos tiene guasa... Un abrazo, y excelentes (como casi siempre) tus crónicas marruecas.¡Quiero más!
jejeje alguna vez tenía que pasar... muxas gracias e intentaré seguir redactando cual Cadalso mis 'cartas marruecas' para aminorar el impacto que me ha supuesto la vuelta a la 'estancada' realidad tinerfeña...
Reitero: ¡quiero más!
Publicar un comentario