Aparece de repente. Se esconde en una rendija, justo delante de un gran ventanal. En el lugar menos insospechado. A veces me asusta, es como si se tratase de unas tenazas que me aprisionan el intestino... No me deja pensar en nada, pero me suele dar por querer huir. Pero lo mejor es cuando se va. Lo suele hacer cuando se escucha una canción bonita. También cuando el cielo es azul. De cualquier tonalidad, pero azul. Siempre. Ahí es cuando incluso se me olvida su nombre. Es una sensación que se muere al contacto con la luz. Por eso cada vez la siento menos y es que ahora mi vida es diáfana...
http://www.youtube.com/watch?v=Zhx4FboSMXQ
Pdt. Siento no haber estado más presente, pero es que estos días he tenido muchos pájaros en mi cabeza... Para que sigan volando hoy pongo a Paloma San Basilio y su versión del 'Quiéreme siempre'...
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