Un ron con naranja. Dame otro. Otro más, por favor. Sólo uno más. El último, te lo prometo. Así hasta que pierdo la cuenta, apoyado en una barra llena de cosas y donde la gente no dice nada. Sólo mira, a un lado y al otro. Y la camarera me pregunta, ¿mal de amores? Y no sé muy bien qué diablos responder. Sonrío, me echo manos a la cartera y le pido ahora una cerveza, de la barata. Miro a mi espalda y el antro ahora está lleno. La gente parece feliz. Ahora yo también. Me han dejado de preocupar las miserias humanas y las mías también. Mis manos comienzan a volar, igual que mis pies y mis pensamientos. No estás, ya no quiero. He vuelto a decidirlo, una vez más. Y nada se repite. Ésta es ya otra historia. Comenzó hace un par de días, justo cuando enviaste un mensaje que iba destinado a otra boca. Ahora no quiero más. Bailo, río y me dan ganas de respirar. La camarera vuelve a la carga y me dice que hoy no hay mucha gente. Siempre pasa los lunes, confiesa, pero para mí hoy es domingo por la mañana y sé que lo que toca es esperar a que abran el kiosco para ir a por mi periódico. Necesito malas noticias. Un asesinato machista, una tormenta tropical o un accidente de avión. Las buenas se fueron hace ya demasiado tiempo. Llega el último trago. El alcohol no logra bajar por mi garganta. Busco aire y me subo en el primer coche azul que pasa. El conductor habla, aunque no sé escucharle. Me deja en un parque. Justo enfrente de mi casa y al abrir la puerta lo vomito todo: Los rones, las cervezas y también mis penas. Después, duermo tranquilo y sin ti.
http://www.youtube.com/watch?v=LXPgBvyG4gE
Pdt. Hoy contrarresto con Juanes y su 'Yerbatero' para quitar el dolor y todos los males.
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