No me imagino la vida sin tus labios

Desde abajo todo se ve distinto. Tus ojos, tus orejas, tu nariz… Todo. Cada segundo más guapo. Y guardo silencio soñando contigo. No sé qué diablos pasará mañana cuando la luna, ahora en todo lo negro, se marche para no volver. Tampoco sé dónde estoy parado. A veces eso no importa. Vivo entre miles de interrogantes, pero también con sueños despiertos. Me apetece que vuelvan los besos porque no me imagino la vida sin tus labios y por eso estoy a tu lado, aunque tú no lo sepas. Aunque tú no lo sepas, sigo aquí. Suspirándote a escondidas, aprovechando cualquier excusa y bailando como si la magia fuera cosa de otros. Desde abajo eres distinto, con los focos dándote de lado y con los hombros siendo felices en soledad. Y las palabras vuelan, se cruzan, se quieren y pasan de largo… y yo también juego con ellas porque sé que, mirando hacia arriba, hacia ti, me sé derrotado. Eso me gusta. Y aunque tú no lo sepas, en mañanas como la de hoy, no me imagino la vida sin tus labios.

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Pdt. Suena 'Aunque no sea conmigo' del grupo Café Tacuba y se ve la archiconocida fotografía de Alfred Eisenstaedt que inmortalizó un beso de la enfermera Edith Shain que ha muerto recientemente a los 91 años.