Desde hace días estaba dándole vueltas a una idea. No sabía muy bien, pero llevaba un tiempo con una desazón extraña en el estómago que le dificultaba respirar. A veces, mientras la noche avanzaba, se despertaba y entre las sábanas se preguntaba si se habría equivocado entonces. Si aquel pasado con nombre de santo había sido un maldito error o si tal vez dentro de unos años volvería encontrárselo en una fuente para acabar juntos paseando por el parque los domingos por la mañana antes de comprar el periódico. 'No hay nada imposible', se repetía en aquel tiempo y se encomendaba a todos los dioses para que todo funcionara, pero cuando no hay amor no se puede hallar. Había transcurrido mucho tiempo, demasiado, y aún así seguía clavado en sus recuerdos. Dudaba si era bueno guardarlos en una cajita de porcelana, pero le tenía un miedo inmenso al olvido. Más que al mañana. Había otros instantes en los que se convencía de que lo sucedido había sido lo mejor, se le atragantaba algún reproche y entre los dedos se le escapaban las lágrimas que derramó en su día por tanto desamor. ¿Hay algo peor?, se dijo y no supo qué diablos responderse. 'Sigue vivo', se animaba, pero seguía paralizado. Sin avanzar, luchando porque lo que no sucedió -desayunar juntos mirando cómo el sol desperezaba las margaritas de los tiestos del balcón- se le convirtiera en recuerdo.
http://www.youtube.com/watch?v=fnU1ToL2-UY
Pdt. Marco Masini y su 'Te enamorarás'.
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