Echó la vista atrás. Fue mientras tomaba una taza de té verde para desayunar. Y supo que nunca dejó que nadie le tocara. Extrañó el revoloteo de las mariposas en su estómago, que nunca sintió. Dicen que el amor mueve el mundo, se dijo, pero se olvidó de mí. Removía despacio con su cucharilla el poco azúcar que aún quedaba sin disolver en el fondo de aquel recipiente frágil y débil como sus ojos esta mañana de primavera. Recordó a vuela pluma algunas caras. Todas ellas fugaces. Dos minutos de gloria, una ducha y adiós, resumió sin querer zambullirse demasiado en esas palabras para no tener que hallar su verdadero significado. Tomó el primer sorbo, aún estaba caliente y retiró los labios de aquel cristal igual que lo había hecho de quienes le confesaban amor. No muchos, pero alguno hubo. Y no quiso hacerse más preguntas porque sabía que algunas respuestas son balas para su corazón herido. Sopló con fuerza, como si fuese viento en un campo sembrado de trigo. Quiso alejar toda aquella pena que se iba apoderando de su maltrecha espalda porque también asumía que nadie le había obligado a andar tal y como había hecho. Hizo una segunda intentona y esta vez el té alcanzó su garganta. Bajó tibio y se sintió reconfortado. Entonces fue cuando desechó la tristeza por no ser víctima de una pasión desgarrada, pero seguía falto de algo... No sabía muy bien de qué. Apuró lo poco que le quedaba en la taza y prefirió dejarla ya vacía en el fregadero para que fuera otro quien la lavase. Miró a su alrededor, nadie vendría. Y eso no le importó porque ahora tenía el estómago caliente. Dejó poco a poco aquella cocina estrecha, decorada con hule y paños de colores. Se marchaba pensando en las mariposas, en las canciones de amores mayúsculos y en todo eso que no tuvo, pero al traspasar la puerta temió lo poco que está por venir. Y ahí fue cuando quiso poder agarrarse a una mano amiga, pasar una tarde tranquila sentado a la fresca con un cómplice de despedidas o poder dormir enamorado al fin, pero sin aspavientos, mirando tenue cómo las estrellas van dejando sin luz el cielo que nos cobija...
http://www.youtube.com/watch?v=4i4BxzNngzI&feature=related
Pdt. Suena 'Dejándonos la piel' con Lola Flores y Rocío Jurado. Buen día.
6 comentarios:
Me encantó *-* Pásate por mi blog porfis, me enncantaría tener tu opinión :) byebye saludos
¡Bonito blog!
Date una vuelta por el mío algún día :)
http://vertidodepalabras.blogspot.com/
Saludos cariñosos!
me gustó mucho! la verdad que me encanta tu forma de describir las cosas, sentía estar en la cocina mirando todo lo que hacia él. Un placer pasar y leer..
Muchas gracias, José... tu blog me ha gustado mucho. Espero que continúes así. ;)
muchas gracias a ti tmabién Alena. Tu blog está muy bien. ;)
Calira tus palabras de apoyo son muy importantes para mí, me ayudan a seguir esforzándome por escribir cada día un poco mejor. gracias. un abraz
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