El pequeño Matt levantó las orejas al mismo tiempo que abrió los ojos todo lo que pudo. Después encendió la luz de un salto y el corazón le comenzó a galopar tanto que casi se le sale por la boca. Salió disparado de la habitación del fondo hacia la puerta, bajó las escaleras dando brincos y se tropezó con la calle, llena de aire para respirar. La bombilla de la farola estaba apagada pero le dio igual, la oscuridad no le impedía saber que había llegado. ‘Está aquí, está aquí, está aquí’, repetía una y otra vez entre risas y fiestas. Doña Eustaquia se asomó asustada al balcón preguntando a gritos por lo que sucedía a estas horas de la madrugada. Las ventanas se iluminaron poco a poco hasta que todo el barrio estuvo despierto. Las estrellas comenzaron a bailar como si fuese la noche de San Lorenzo y a los girasoles del parque les dio por brillar a ratos. Una ambulancia acompañó la algarabía con su sirena y la carretilla del barrendero tocó la pandereta. Al final todos estaban felices. ‘Por fin el amor ha regresado y quiere quedarse’, anunció Matt.
Pdt. Regresa el grupo No te va gustar con 'Simplemente yo'.
2 comentarios:
ahhh, me ausenté unos días y veo que seguís escribiendo, y siempre tan bellamente!!!! Me gusta volver y reencontrarme con estos hermosos escritos...je
Espero que estés muy bien!!!!
Besotes, Ce!!!
Muchas gracias Martina. Para mí es un lujo que siempre te acuerdes de pararte por aquí y leer. Por aquí todo bien, con mucho lío en el trabajo, pero bien. Yo también espero que estés muy bien. Bss!
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