Y todo
volvió a ser como antes. Escuchaba su música por los pasillos de la Facultad. Siempre
hacía bueno y había muchos planes por hacer. Si no era hoy, era mañana. La agenda
llena de vida y de alegrías. Todo era distinto, quizá hasta mejor. Los almuerzos
en compañía y las noches de alcohol. La vida y el estrés de la felicidad. Tus cholas
y mis vaqueros. Y las risas, siempre risas… Aquel tiempo lamentablemente no se
quedó…
Fuego, de Estopa.
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