Cuatro semanas después, solo cuatro semanas después de que no quedara nada, sonó el timbre. Hasta ahora el precio del agua estaba incluido en el alquiler, pero a partir de este mes no. Son muchos gastos, se excusó con tono amable, pero tajante. Lo dijo sabiendo que en aquella casa había cuatro personas más, cuatro desplazados que lo habían perdido todo.
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