Qué más da, este viernes salimos y el sábado también. Carmela me seguía en aquella locura de vida de recién llegado al mundo laboral. Se había venido desde Al-Ándalus con Marijose y congeniamos desde el minuto cero. A todo que sí. Ellas confiaban en construir una vida juntas y nos daba igual lo que pasara, al día siguiente no había resaca ni daños colaterales. Llegaba de currar a eso de las diez, cenaba algo, me duchaba e iba a por ella, que nunca estaba preparada. Haciendo tiempo nos caía el primer ron y luego al frío del Cuadrilátero. Ni te muevas, Pk2 y Q+Da, ese triángulo prodigioso y libertario nos dio demasiadas alegrías. Eran noches repletas de vida, de anécdotas y de aventuras. Me encantan los bares de bolleras. Y bebíamos, siempre había tiempo para una más. Allí conocí a Victoria y también me detectó Mara, una compañera de curro. Sin prisas, pero sin pausa, hasta que sonaba la reina: Darte mil besos desafiando el deseo, devorarte de nuevo hasta saciarme de ti, dibujando tu cuerpo. Desatando tus sueños, derretirme en el fuego que me das tan sólo con tu amor… Oh, oh, oh Tan sólo con tu amor… Todas chillábamos y bailábamos, la primera parte de la noche estaba a punto de terminar y nosotros tocábamos las estrellas. Siempre había tiempo para pedir una más a la dj. Bailábamos y cantábamos Oh, oh, oh Tan sólo con tu amor… Cerraban las puertas y hacíamos un poco de tiempo más, mientras las chicas se besaban unas a otras y luego subíamos a toda prisa a la disco, junto a la estación de guaguas. Ni me acuerdo de su nombre. Al llegar allí ya habíamos cumplido. Solo nos quedaba bailar y beber la consumición hasta que se hicieran las siete. Un día nos dispersó la policía local con sus sirenas atronadoras y otro lo de regresar en coche con unos recién conocidos nos jugó una mala pasada, sin tiempo para absorber todo el alcohol que corría por nuestras venas, nos despertamos boca arriba en una acera junto a nuestro portal. Nos despertó aquella lluvia fina y sempiterna de La Laguna, y unos viejetes del barrio que sacaban a pasear a sus perros e iban a por pan a la tahona. A nosotros nos daba igual, habíamos sido tan felices y el próximo fin de semana repetiríamos.
'Obsesión', Ana Gabriel (1999)
Pd. ‘Obsesión’ de Ana Gabriel se incluye en su disco ‘Soy como soy’. Tras éxitos como ‘Luna’ o ‘Quién como tú’, en 1999 publicó esta canción que para mí es todo un himno.
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