A veces ando despistado. Andando por las calles sin mirar. Hacia adelante, pero sin saber muy bien cuáles son las flores que adornan el camino. Se me olvida lo que tengo que hacer a las seis o que hoy es miércoles. Hay días en los que no sé en qué día vivo. Algunos saludos a destiempo me devuelven a la normalidad, pero sólo por un instante. Debe ser el calor del verano o que lo que ocurre a mí alrededor ha dejado de importarme. Quizá es que yo ya esté en otra historia y algunas cosas que antes me parecían imprescindibles ahora me parecen vanas. Sí, debe ser el calor del verano…
Pdt. 'Solamente tú' de Pablo Alborán. Buena noche.
3 comentarios:
Amigo Ce, he desaparecido otra vez, esta vez culpa del servicio de internet, jaja...
Qué bueno que puedas justificar o culpar al calor del verano, te evitás dar un nombre, no? jaja
Besosssss...
Se me derriten las neuronas con el calor del verano, se me incedia el corazón y me sofoco los sentimientos. Pero a veces también me congelo.
Cuánto sabes... Martina... Mejor sin nombres jejeje. Sí que es difícil congelarse con el calor del verno, pero no imposible José. Un abraz fuert para los 2!
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