Los haces de luz que se filtraban a través de las persianas dibujaban sobre mi cuerpo las rayas de un anticuado uniforme de presidiario. Permanecí un buen rato en aquella silla, pero el tipo no apareció. Y visto lo que sucedió después, he llegado a considerar ese rato que pasé esperándolo como una línea de demarcación en las vidas de ambos, en la suya y en la mía. Un momento en que las cosas hubiesen podido decantarse hacia un lado antes de torcerse hacia el contrario.
miércoles, 4 de febrero de 2015
Torcerse hacia el contrario
Los haces de luz que se filtraban a través de las persianas dibujaban sobre mi cuerpo las rayas de un anticuado uniforme de presidiario. Permanecí un buen rato en aquella silla, pero el tipo no apareció. Y visto lo que sucedió después, he llegado a considerar ese rato que pasé esperándolo como una línea de demarcación en las vidas de ambos, en la suya y en la mía. Un momento en que las cosas hubiesen podido decantarse hacia un lado antes de torcerse hacia el contrario.
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