Las decisiones tomadas no
siempre son las más lógicas, las más útiles, las más inteligentes. En ocasiones
las decisiones tomadas nacen de un rincón en el que los designios de este
tiempo amoral no tienen cabida. La ética, el amor, los principios libran
batallas en las que parten como perdedores, pero hay veces en las que contra
pronóstico logran imponerse. Ahora sólo queda seguir caminando, el miedo no nos
puede, ni debe detener. Gracias, corazones.
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