Hoy necesito una canción, una
alegre, que me dé energía. Sí, la necesito, ya no me cabe duda alguna. Por aquí
han pasado tantas, pero parece que nunca es suficiente. No sé cómo debiera ser,
solo sé que debe controlarme y tal vez mantenerme la sonrisa. La cosa va así:
cuando comience a sonar debería cambiarlo todo, debería eliminar lo malo y
traerme cosas buenas: recuerdos, olores, alegrías… Eso solo puede hacerlo una
canción. Quizá, luego no podría quitármela de la cabeza en un par de horas y ese
machaqueo constante en lugar de tortura sería bendición…
Podría ser peor, de La casa azul.
Pd. Cómo si la luna pudiera cumplir todos nuestros deseos. Qué buenos son La casa azul...
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