Al
viento, inconstante y endeble. Eres como una de esas hojas secas del otoño, que
caen y se dejan llevar por el viento. Si éste quiere las eleva hasta los cielos
para dejarlas caer después. También las arrincona en las esquina y siempre hace
con ellas lo que quiere. Así es el viento: profundamente caprichoso. Y todo va
bien al principio porque, quieras que no, estás volando. Pero en la vida
necesitas más, quieres decidir tú y no vivir arrastrada por lo que deciden
otros. Y sin embargo ahí sigues esperando al próximo otoño para volver a caer…
La actitud correcta, de Enrique Bunbury.
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