Amaneces enfadado, como si
todos estuviesen en tu contra. Sabes, en un atisbo de lucidez, que no es así,
pero no puedes evitarlo. Es algo que te apodera por completo. Lo sientes en el
estómago, también en la espalda, te duelen los ojos y tus marcas revelan las
marcas de una noche de tormento. Y no tienes a nadie para volcar cómo te
sientes. Amaneces enfadado y luchas para que todo vuelva a ser como antes, te
queda la esperanza de que todo pase pronto, pero en mitad de la tempestad nada
es suficiente. Solo te queda una cosa: escribir…
Hurt, de Johnny Cash.
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