Día 1. Ha amanecido oscuro, nublado. Creo que habré dormido unas tres horas, aunque a intervalos. Recuerdo como el reloj daba la una y luego las tres, las cuatro, las cinco… Sigo sin creérmelo, no puedo llorar, no puedo hacer nada. Es como si me hubieran paralizado. Y me enfado. Me enfado por tantas cosas, que no sé si algún día podré dejar de estarlo. Tengo tanto guardado en la mochila, tantas palabras escuchadas, tanto… Hoy comienza una nueva cuenta, este es el primer día después del abandono. Y quiero mirar para delante, pensar que todo será para bien, que más pronto que tarde podré respirar, pero hoy no es ese día: Es el día del vacío…
Tu mejor pesadilla, de Sidecars.
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