Ha vuelto el sol, entra sin contemplaciones por el
balcón creando sombras que me sobrecogen. Y es ahí donde mi estómago no deja
que respire tranquilo. Ese vacío lo llena todo y no sé qué sucede realmente. Todo
está en orden y a pesar de eso algo me aprisiona el vientre. No sé si será la
calma que precede a la tempestad o que simplemente no sé vivir en este
silencio. Ideas me sobrevuelan, pero huyen dejando esta intranquilidad. Algo ocurre.
Pd. No siempre la música ayuda...
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