¿Seré uno de esos?
La excelencia, la brillantez son cosas que solo se
pueden disimular con constancia. Cuando sabes de tus limitaciones y que será
muy complicado que alcances cotas demasiado elevadas, la única solución que
nos, que me queda es esforzarme. Cada día un poco más. Y en esa mezcla, un
punto irreverente, puede que alguien nos salve. Esa es y no otra mi última
esperanza: que alguien salve todo esto. Que diga que no era extraordinario,
pero sí sólido, que tengo un pase. Y aparece aquí esa idea de los otros y sus
pensamientos. También la dictadura de la gente ordinaria, la que no tiene nada
de especial, la que no hace avanzar, sino todo lo contrario. ¿Seré yo uno de
esos? Y sé que no me puedo meter en la guerra de las dudas, la de los miedos,
porque en ellas no se gana, pero sí se puede perder. Y mucho. Me consuela saber
que esta es la verdad, es un paso adelante. Algo que sí he ganado. No se puede
vivir con ese puñal clavado todo el rato, el de creer que se es grande y que el
universo te rechaza. La insatisfacción solo lleva a la melancolía, y de ahí al
odio no hay nada... Toca recoger velas, ir paso a paso, intentando no
tambalear. El tiempo, solo el paso de los días, nos podrá redimir.
Fruta, de Sandra Bernardo.
Pd. Y después del discurso, música fresca, frutal para alegrar los sentidos...
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