domingo, 17 de febrero de 2008

Tintín busca a Milú



http://es.youtube.com/watch?v=zDVCDOv2Shw

Abriste los ojos a las diez y media de la mañana. Te dolía un poco la garganta. La luz entraba tenue por la ventana. Y yo estaba allí. ¡Maldita sea! No, no había sido un mal sueño, debiste pensar.
Yo estaba allí. En tu cama. No junto a ti, sino justo en la otra punta de tu cama, lejos y apartado. Solo, pero en tu cama. Y pusiste cara de que mejor nada hubiera pasado. De querer volver para atrás. De borrarlo, pero yo estaba allí y ya nada podías hacer.
Cual Tintín se te ocurrió salir a buscar a Milú para huir, sin saber que si de por mi fuera yo me habría ido dos horas antes. Justo cuando sonó el despertador que tú pusiste para que nos despertase a las ocho de la mañana. En silencio.
Sin derechos. Me he quedado sin derechos. Pero aunque las leyes de tu planeta me nieguen el quererte, la vida es otra cosa. Hay mil formas distintas de querer y ninguna es mejor que otra. En voz alta y también en voz baja. Mientras duermes. Cuando respiras. Cuando existo. A pesar de que ya sé que no te gusta escucharme.
Prefieres exhibirme ante los tuyos. Como un trofeo. Uno para poner en una estantería o sacar a pasear los domingos por la mañana al parque. Lo conseguiste y eso es algo que pocos pueden decir.
Me besaste y no podía creerlo. Dejé de sentir. El planeta se detuvo. Todo era como perfecto, pero iba demasiado rápido. Casi no recuerdo tus manos. Ni tu suave lengua. ¿Hubo caricias? ¿Y besos? Mi piel duda que aquello existiera.
Supongo que fue sólo el sueño de una bonita noche de febrero. Una que pasó, porque la despedida me sonó más a cosa vivida. Trillada. Por ese sendero ya me había movido antes. “Te llamo esta semana, ¿cuándo empiezas a trabajar?”. Y al escucharte sonreí pues sé que da igual todo. Que da igual lo que yo haga, lo que yo piense o sienta. No tengo ganas de recordar, ni repetir eso que sé que está hoy más claro que el agua. El nombre de ese color del cielo del que huyo y está sobre mi cabeza.

http://es.youtube.com/watch?v=GJYScGsm4b8

Pdt. ¿Por qué?

Pdt2. Hoy es un día para recordar la voz de Ana Torroja.

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