Elsa y Fred

‘Elsa y Fred’. Dos distintos que se unen. Es una peli que me trae muy buenos recuerdos. Da ganas de vivir. Ten enseña que todo es posible si hay magia. ¡No pensés tanto, que no vivís!, le dice una y otra vez Elsa. Él más calmo se deja llevar porque el amor también es posible a partir de los 70 y entre fotograma y fotograma me doy cuenta de la vida real. De que me da miedo, bueno, no sé si es miedo. Tal vez inquietud o desazón. A la defensiva. Como con un caparazón. Y estoy a tu lado y sólo pienso en una idea, en la de cosas que me gustaría decirte, pero no me animo. Tal vez sea la vida real quién me lo impida. Y te acercas cada vez más, estamos juntos, hablando como si no hubieran pasado los días y quiero que el tiempo se detenga para siempre, respirando este aire contaminado de ti. Permanecer así perpetuamente, con esos silencios tan incómodos y, al tiempo, amables y llenos de ilusión y de ojos grandes. Pero apuras tu cigarrillo y todo se desvanece... Al rato tu llamada y otra vez la escafandra que no me permite mirar al sol, que me nubla. Esperando a que pase algo insólito e insospechado, como Penélope. Hoy puede ser un buen día... Y vuelvo a la película de Elsa y Fred y a sus historias llenas de verdad y mentiras mezcladas, sin que me importe cómo será el final.