La preocupación está instalada en mi estómago. Me atenaza, surgió de repente. Al oír una canción, mientras veía la tele. Mi teléfono no suena, a pesar de mis vanos intentos para que lo haga. Todo está revuelto, mi habitación. Hay cosas tiradas encima del sofá y dos o tres pares de zapatos se revuelcan en el suelo. El único atisbo de normalidad es la ligera brisa que mueve sin cesar la cortina transparente. Sólo me queda mirar mis fotos. Esas en las que sonríes. Tus labios son mi último clavo ardiendo. El único que tengo y a él encomiendo mi salvación. Ahora me miras como si yo no existiera. Me hablas como si nada fuese contigo. Andamos juntos entre la gente y algo ha cambiado entre nosotros, hace frío. Vuelvo a soñar con tus dedos y nos despedimos hasta una próxima vez. Al final, un anhelo: no tengas miedo y decídete.
http://www.youtube.com/watch?v=KiB9IaG2x8w
Pdt. Miro atrás y temo volver a cometer los mismos errores... Pocas canciones me desazonan tanto como 'Nadie como tú' de Shalim...
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